domingo, 2 de noviembre de 2014

HALLOWEEN

Aunque con retraso y desgana, porque no me gusta nada, tiene una que rendirse a las mayorías y por las niñas dejarse llevar y pasar por el aro.

A última hora, como siempre, se le metió en la cabeza a mi hija mayor que ella quería disfrazarse en Halloween y como no,  arrastró a su hermana para darme la lata hasta que consiguieron lo que querían. Me ví con un día para buscar un disfraz o apañar lo que encontrara para pasar un buen rato con ellas.

Después de comprobar los precios excesivos de este tipo de cosas y soltar por esta boca auténticas barbaridades, un alma caritativa se apiadó de mí y tiró de disfraces antiguos de sus hijas para que pudieran salir. Así que me ví con un disfraz para la pequeña y una falda y chaleco negro para la grande. Pues nada, manos a la obra y mañana del viernes dedicada a arreglos de último momento.



Pues nada, reto conseguido, transformación de una falda de tul de 18 meses en una minifalda sin elástico en la cintura con extensiones naranja para una niña de cinco años y chaleco con adornos naranjas y marrones a juego con el gorro (increíble lo que consigue en un rato una madre en apuros).

El resultado fue apañado, a ella le gustó y a mi me sacó del apuro.


Así que llegado el momento, salimos las tres brujas de la casa a pasear la escoba, aunque no tengan aún mucha destreza para volar en escoba, jajaja.





Muchas gracias a Diana y a su mamá por dejarnos los disfraces y poder pasar un buen rato en familia.





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